domingo, 10 de febrero de 2013



Observación del paciente.


Es el primer paso que se debe realizar antes de iniciar la historia clínica o la consulta médica, si se realiza correctamente esta nos permite tener una idea del grado de severidad de la enfermedad del paciente.



Una buena observación exige:



  •     Entrenamiento de quien la realice

  •     Una iluminación adecuada

  •     Realización sin prisa

  •     Que se preste atención a los detalles

  •     Posición correcta del enfermo


 En orden general observamos la vestimenta del paciente (su higiene, ya que nos orienta sobre algunas enfermedades que puede padecer), su actitud o postura, las facies, el hábito corporal, la talla, el estado de nutrición, la marcha y sus movimientos.



ACTITUD



  •  Postura, posición Tipos: Decúbito, sentado, pie 
      
  • Posición de decúbito: dorsal o supino, ventral o prono, lateral. 
       
  • Según actividad en decúbito: pasivo o activo 

  • Tipos de posición anormal: ortopneica, meningítica, opistótonos (tétanos), descerebración.

FACIES

 El aspecto de la cara se encuentra determinado por las modificaciones que en ella imprime las enfermedades. Puede reflejarse reacciones de miedo o estados de ánimo: alegría, tristeza, dolor. 
   

Facies cianótica: es la coloración azulada más notable en las mejillas, la nariz, los lóbulos de las orejas y los labios. Se presenta cuando la hemoglobina reducida supera los 5 g/dL. 

   
 

Facies caquéctica: aparece en la desnutrición extrema. La disminución del panículo adiposo hace resaltar los relieves óseos (arco cigomático, orbitas, regiones temporales). Los rasgos se afilan. 
 







Facies edematosa: el edema de la cara se hace muy prominente en los parpados debido a la laxitud de su tejido celular subcutáneo. Es muy característica de la glomerulonefritis difusa aguda y del síndrome nefrótico.

   


Facie acromegálica: Se caracteriza por la prominencia de la mandíbula, protrusión del hueso frontal, rasgos toscos por crecimiento de huesos y tejidos blandos, lengua grande (macroglosia). Se encuentra en tumores hipofisiarios productores de hormona de crecimiento. 

 

Facie cushingoide: La cara se ve más redonda (“cara de luna llena”), la piel se aprecia más fina y eritematosa y es frecuente observar mayor cantidad de vellos y lesiones de acné. Se ve en cuadros asociados a exceso de corticoides.


Facie hipertiroidia: Se caracteriza por una mirada expresiva, que está determinada por una ligera retracción del párpado superior; en algunos pacientes existe un exoftalmo (protrusión de los globos oculares). La piel se aprecia fina y húmeda. Se asocia a un exceso de hormona tiroídea. Al solicitar al paciente que siga con la mirada el dedo del examinador desde arriba hacia abajo, se hace más notoria la esclera del ojo entre el borde superior del iris y el borde del párpado superior. Este es el signo de Graefe. 



Facie hipotiroidea o mixedematosa: Destaca la poca expresividad del rostro, asociado a rasgos abotagados (viene de “hinchazón”), aspecto pálido amarillento, piel áspera y pastosa, pelo escaso, edema periorbitario y macroglosia; con alguna frecuencia se pierden las cejas en los lados externos. Se asocia a cuadros en los que existe un déficit de hormona tiroidea. 

Facie hipocrática: Puede encontrarse en enfermedades graves como una peritonitis aguda o un estado deshock (colapso circulatorio). Se caracteriza por un perfil enjuto (delgado), con ojos hundidos, ojeras, palidez y sudor frío. 



Facie mongólica: Se aprecia una inclinación mongoloide de los ojos, con pliegues epicánticos (pliegue de la piel que cubre el ángulo interno y carúncula de los ojos), puente nasal aplanado, implantación baja de las orejas y macroglosia. 



Facie parkinsoniana: Se ve en pacientes con enfermedad de Parkinson. Se caracteriza porque la cara presenta muy poca expresividad (hipomimia) y los pacientes pestañean poco. Ocasionalmente se les puede escurrir un poco de saliva por las comisuras labiales. 


Facie febril: Se caracteriza por rubicundez, especialmente de las mejillas, y ojos brillantes. 


Facie mitrálica: Se observa en algunos enfermos con estenosis mitral. Las mejillas se presentan con una rubicundez cianótica. 

Color: ver si la piel esta descolorada (transitoria, permanente, circunscrita), o con coloración (rojiza, cianótica, ictérica), en la piel podemos ver algunas lesiones cutáneas elementales tales como (maculas, pápulas, vesículas, pústulas, ampollas, nódulos, tumor, ronchas) o lesiones secundarias (exfoliación, costras, ulcera, cicatriz, queloide, fisura)

Habito corporal: Se denomina al aspecto particular del cuerpo dependiente de la especial combinación morfológica de sus segmentos Correlación entre figura corporal y ciertas enfermedades. Kreitschmer, Pícnico, leptosómico, atlético, longilineo, normolíneo, brevilíneo. No todos los pacientes tienen un hábito corporal característico.

Conciencia y estado psíquico: evaluamos si el paciente se encuentra en conexión con el medio que lo rodea, lucido, alertado y cooperador. Tipos de alteración: embotamiento, somnolencia, sopor y coma. En caso de no definir el tipo de alteración, describa sus hallazgos; si el paciente responde debemos obviar la percepción (se capta a través de los sentidos, osea, todo lo que nos rodea) y la memoria.

El lenguaje: es una de las funciones mas importantes del hemisferio dominante, el hemisferio izquierdo es el que predomina en cuanto a función Se debe valorar la capacidad de comunicación, tanto receptiva como de expresión. Un paciente lúcido deberá tener una voz clara y fuerte, una conversación fluida, expresando pensamientos con claridad. Observar entonces: calidad de voz, forma de articulación, comprensión, coherencia. Puede ser difícil de valorar en paciente intubado.

Estado de nutriciónal: obesidad, delgadez, caquexia; el peso normal guarda relación con la talla y el peso de cada paciente.


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